La visita de un amigo siempre es bienvenida. Si además, ese amigo comparte tus aficciones y es alguien a quien has admirado por sus trabajos desde que descubriste tu aficción, la visita se puede convertir en un fin de semana inolvidable.
Esto mismo me sucedió el fin de semana pasado cuando
Pedrete me sorprendió por teléfono para decir que venía a casa a pasar el fin de semana.
Un día cualquiera de hace unos meses se puso en contacto conmigo para que le hiciera unos trabajos y desde entonces nuestra amistad ha ido creciendo. Ya os conté hace unas semanas que pudimos conocernos en persona en Nerja en la 1ª Feria de Andalucía porque tuve la suerte de que nuestras mesas estuvieran juntas y disfruté muchísimo a su lado, al igual que al lado de Cristina Caballero.
Este fin de semana pasado, ya en casa, con más tranquilidad y sin los jaleos que implica una feria, he podido disfrutar de su compañía, de sus conocimientos en la materia y de su carácter.
Para los que no tengais la suerte de conocerlo (pero me refiero a conocer de cerca, no conocer sólo de nombre, de oídas en comentarios, de foros o de sus propias páginas en internet) os diré que es una gran persona, tímido, sensible hasta la médula, amigo de sus amigos, prudente donde los haya, muy sincero en sus comentarios y opiniones y siempre dispuesto a enseñar y explicar cualquier pregunta o tema sobre el que le haya preguntado.
He vivido en primera persona su gran pasión por las miniaturas y he comprobado que aún me queda muchísimo que aprender en este mundo, pero que con personas cerca como él de las que aprender, tengo mucho camino ganado.
Os dejo un par de fotos para que veais el taller que improvisamos la tarde del domingo. Pedrete enseñándonos a bordar a Nati y a mí y él haciendo minis con abalorios. También me pidió que hiciéramos algo de papel y se hizo un jarrón precioso pintado a mano y adornado con abolorios.
Pedrete, muchísimas gracias por compartir con nosotros este fin de semana y recuerda lo que canta Raphael.
..."Son muchos, muchos más los que perdonan
que aquellos que pretenden a todo condenar.
La gente quiere paz y se enamora
y adora lo que es bello nada más.
Hay mucho, mucho más amor que odio.
Más besos y caricias que mala voluntad.
Digan lo que digan, digan lo que digan los demás..."